Capitulo XXXIII. Los Derechos del Hombre

Los derechos del hombre son muy sagrados y el estado está llamado a reconocerlos.

Jefes de familia.

Son muchos los padres de familia que con sus entradas monetarias no logran atender totalmente las necesidades vitales de su hogar; muchas son las causas de esta desgracia. Analfabetismo, enfermedad, impreparación técnica, poca habilidad para la lucha con la vida, etc., etc., etc., el resultado de este problema es el hambre, la prostitución de las hijas, el bandidaje, la mendicidad, y muchas otras lacras sociales que son luego explotadas por el comunismo internacional con fines de propaganda. Está ya perfectamente demostrado que en el lodo de la miseria germina la flor venenosa de la doctrina comunista.

Los jefes de familia en desgracia podrían muy bien organizar sociedades de mutua ayuda, donde todos se ayudaran entre sí. Estas sociedades lucharían ante los gobiernos de la tierra para lograr asistencia social, empleos mejor remunerados, etc., etc., etc. La unión hace la fuerza.

PROTECCIÓN DE FAMILIAS EN DESGRACIA.

El estado debe ayudar a las familias en desgracia, procesados, detenidos, exiliados, o condenados, cuando un jefe de familia cae en desgracia, la familia sufre las consecuencias, toda familia en desgracia, necesita asistencia social inmediata; la familia en desgracia no debe quedar sin asistencia social, la familia no es culpable de los delitos del jefe y por tanto el estado está llamado a protegerla; Sólo así se puede evitar que las hijas se prostituyan y que la madre salga a mendigar por las calles, etc. Cuando el estado se encoge de hombros, cuando dice: eso a mí no me importa, abona de hecho el terreno, lo prepara para que en él germine la asqueante flor de la doctrina comunista.

PERSONAS ENFERMAS QUE NO PUEDEN TRABAJAR.

Las personas enfermas que no pueden trabajar necesitan ser asistidas y protegidas por el estado; resulta totalmente absurdo dejar a estas personas en abandono total; esas personas trabajaron y enfermaron; el estado debe pasarles a estas personas una pensión para que vivan.

Debemos saber que esas personas son seres humanos, seres que tienen un cuerpo físico que come y bebe, que siente frío de la desnudez, etc., etc., etc., el ensayo comunista fue sencillamente el cruel y espantoso resultado fatal de nuestra falta de caridad y amor al prójimo, cuando el estado se encoge de hombros ante los problemas viene la peste del comunismo.

ANCIANOS.

Los ancianos tienen derecho a una pensión por ancianidad porque los ancianos no deben ni pueden trabajar, sólo los ancianos solventes pueden vivir sin asistencia del estado, empero los ancianos pobres es justo que sean protegidos por el estado. No está bien desde el punto de vista humano, que los ancianos anden por las calles pidiendo limosna; esos también son seres humanos con derecho a vivir, es cruel y despiadado dejar a estos seres en abandono.

Tampoco está bien encerrar a los ancianos pobres en asilos como si hubieran cometido un delito; es justo darle también a los ancianos pobres, casa para que vivan, ellos tienen derecho a pan, abrigo y refugio. Es un crimen permitir que los ancianos sucumban entre la miseria.

El resultado fatal de todas estas calamidades sociales es la peste del comunismo; necesitamos eliminar de nuestra mente la crueldad y trabajar muy intensamente en la realización del Cristo Social.

El Socialismo Cristiano latinoamericano, grande y poderoso, no necesita doctrinas y revoluciones de sangre y aguardiente; solucionando los problemas vitales de acuerdo con nuestros principios religiosos sin diferencia de credo, casta o religión, realizamos al Cristo Social sobre la faz de la tierra, no importa el nombre que le demos al Cristo, ya sea Vishnú, Krishna, Osiris, Ormus, Fu-ji, Balder, Quetzalcoatl, etc., etc., etc., Cristo es el centro de todas las religiones y necesitamos realizarlo socialmente sobre la faz de la tierra.

Bien puede nuestro Socialismo Cristiano llamarse también Budista, Mahometano, Hinduista, etc., etc., etc., no importa el nombre, lo importante es saber que nuestro socialismo es democracia legítima, auténtica, fundamentada en los principios religiosos de Cristo, Buda, Fu-ji, Confucio, Hermes, Zoroastro, etc., etc., etc.

Los profetas de todos los tiempos adoraron al Cristo y enseñaron sus principios que nosotros necesitamos realizar socialmente

Nuestro socialismo es profundamente religioso. Sólo el hombre religioso es verdaderamente revolucionario.

El socialismo ateo no es revolucionario. El socialismo ateo es reaccionario y conservador.

Trabajando por los derechos del hombre realizamos el Cristo Social.

En un pueblo bien alimentado y progresista no puede germinar la flor venenosa del comunismo.

El camino intermedio nos conduce a la paz verdadera y a la legítima felicidad.

Ningún partido de extrema derecha o de extrema izquierda puede darnos felicidad. Los gobiernos extremistas, los gobiernos totalitarios, violan totalmente los derechos del hombre

En el “paraíso soviético” los derechos del hombre ya no existen, todo sistema totalitario tiende a esclavizar al hombre, a obligarlo a pensar automáticamente de acuerdo con los amos del poder, a los niños se les obliga a aprender en las escuelas de educación pública doctrinas y principios falsos, en la URSS se les quita a los niños a los padres para educarlos de acuerdo con las teorías absurdas del estado, así pues, los derechos del hombre son violados en el “paraíso soviético”.

La libertad de prensa, la libertad de expresión, no existe en los gobiernos totalitarios.

Nosotros queremos libertad de prensa, libertad de palabra, libertad de cultos, que cada cual pueda decir lo que quiera y pertenecer a la religión que quiera, no queremos pertenecer a una máquina totalitaria; queremos ser libres de verdad. Amamos los derechos del hombre y luchamos por ellos.

En el “paraíso soviético” cada ser humano es una presa automática de la máquina del estado, donde no existe la iniciativa individual, la inteligencia humana se atrofia; nosotros amamos la iniciativa individual y el trabajo fecundo y creador porque este es uno de los derechos del hombre.

En los sistemas totalitarios de extrema derecha o de extrema izquierda, es un delito pensar y exteriorizar nuestros pensamientos cuando éstos son opuestos a las teorías que sostienen el estado. Nosotros defendemos el derecho humano de pensar y decir lo que sentimos porque toda violación de este derecho es un crimen contra la humanidad.

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